Un pacto honrado con la soledad / Naufragio en el Ártico
Ya todo se ha perdido.
(Hablo como quien lo ve todo
desde un álbum de fotos amarillentas).
Cómo te amé. Y cuánto perdiste
al olvidar mis llamadas,
al preferir a ese xxxxxx
a ese xxxxxxxx xxxxxxx,
quizá fue el destino de
nacer en un sitio donde no tocaba,
quizá...
qué importa ahora
ahora qué más da.
Mientras el mundo tiembla y se evapora
esta madrugada y
escribo estas líneas
Recuerdo lo poco que guardamos
en común
la pasión
el segundo amor
la belleza
las confidencias
hacer el amor con palabras -decías tú-
Y ahora de eso no queda nada.
Quizá, tú dirás, (y esta noche me lo confirmas),
nos queda el recuerdo
pero te equivocas
Porque el recuerdo lo tenía yo antes
de tenerte, de abrazarte.
Está todo en la cabeza, como el Réquiem de Mozart.
Ahora ya ha terminado. Y
pustos a correr, prefiero lanzarme al vacío,
la desesperación, sin frenos
ni paracaídas
porque
ah cómo se nota
el verano ya ha llegado
-tu querido lo decía hace poco-
las chicas se visten como zorras
y en sus ojos se ve
el resplandor de la Diosa,
el salvaje ardor que pierde a la raza.
Ah cómo te amé, y
cómo me apuñalan tus fotos
cada vez que paso de nuevo sobre ellas
Has sido conmigo todo
menos generosa.
Por tu egoísmo brindo hoy
por
que con los rayos que
despiden tus ojos me rechazas
y vuelves a tumbarme
Se acabó todo,
Baudelaire, las mentiras,
el café y el tabaco (buen regalo, por cierto, gracias)
las citas, el móvil, los mensajes
el silencio, los correos
las miradas los engaños los secretos
se acabaron
Sal ya de aquí, apresúrate
recógelo todo y márchate,
vete ya, maldita sea,
viniste como un huracán
y destrozaste mi vida, y
yo te amé como sólo
se ama a la diosa
a la que uno va a ser sacrificado
como sólo se queda
uno hipnotizado ante la
serpiente que le devorará.
Destruiste mi vida
mi obra
todo cuanto tenía
lo tiré por la borda
por ti
y lo peor
es que ya sabía cómo acabaría todo
y aún así
quise seguir
consciente
de mi ruina.
Así que me lo merezco todo.
Y no es un reproche
-en el fondo sé que
no es culpa tuya-
No, no lo es, porque
dentro de ti hay algo superior
que te hace ser así
algo así como una fuerza natural,
inviolabrle y salvaje
que no puede ser domada
por el hombre
y que yo no puedo cambiar.
Y ahora hay que desalojarte de mí.
Ah, cómo amé esos muebles
que hoy retiraremos.
Sólo fue un mirage, un
espejismo, nunca fue real.
Sólo queda
llevar la nave a alta mar
donde ya no se divise costa
y el hielo nos envuelva
y entonces cargar los misiles
lanzar las cargas
de profundidad
impactar en el casco
y esperar a ver como
se hunde
el navío
poco a poco
en el hielo
y que mis recuerdos se congelen
en los hielos eternos
del
olvido.
17/6/4
(Hablo como quien lo ve todo
desde un álbum de fotos amarillentas).
Cómo te amé. Y cuánto perdiste
al olvidar mis llamadas,
al preferir a ese xxxxxx
a ese xxxxxxxx xxxxxxx,
quizá fue el destino de
nacer en un sitio donde no tocaba,
quizá...
qué importa ahora
ahora qué más da.
Mientras el mundo tiembla y se evapora
esta madrugada y
escribo estas líneas
Recuerdo lo poco que guardamos
en común
la pasión
el segundo amor
la belleza
las confidencias
hacer el amor con palabras -decías tú-
Y ahora de eso no queda nada.
Quizá, tú dirás, (y esta noche me lo confirmas),
nos queda el recuerdo
pero te equivocas
Porque el recuerdo lo tenía yo antes
de tenerte, de abrazarte.
Está todo en la cabeza, como el Réquiem de Mozart.
Ahora ya ha terminado. Y
pustos a correr, prefiero lanzarme al vacío,
la desesperación, sin frenos
ni paracaídas
porque
ah cómo se nota
el verano ya ha llegado
-tu querido lo decía hace poco-
las chicas se visten como zorras
y en sus ojos se ve
el resplandor de la Diosa,
el salvaje ardor que pierde a la raza.
Ah cómo te amé, y
cómo me apuñalan tus fotos
cada vez que paso de nuevo sobre ellas
Has sido conmigo todo
menos generosa.
Por tu egoísmo brindo hoy
por
que con los rayos que
despiden tus ojos me rechazas
y vuelves a tumbarme
Se acabó todo,
Baudelaire, las mentiras,
el café y el tabaco (buen regalo, por cierto, gracias)
las citas, el móvil, los mensajes
el silencio, los correos
las miradas los engaños los secretos
se acabaron
Sal ya de aquí, apresúrate
recógelo todo y márchate,
vete ya, maldita sea,
viniste como un huracán
y destrozaste mi vida, y
yo te amé como sólo
se ama a la diosa
a la que uno va a ser sacrificado
como sólo se queda
uno hipnotizado ante la
serpiente que le devorará.
Destruiste mi vida
mi obra
todo cuanto tenía
lo tiré por la borda
por ti
y lo peor
es que ya sabía cómo acabaría todo
y aún así
quise seguir
consciente
de mi ruina.
Así que me lo merezco todo.
Y no es un reproche
-en el fondo sé que
no es culpa tuya-
No, no lo es, porque
dentro de ti hay algo superior
que te hace ser así
algo así como una fuerza natural,
inviolabrle y salvaje
que no puede ser domada
por el hombre
y que yo no puedo cambiar.
Y ahora hay que desalojarte de mí.
Ah, cómo amé esos muebles
que hoy retiraremos.
Sólo fue un mirage, un
espejismo, nunca fue real.
Sólo queda
llevar la nave a alta mar
donde ya no se divise costa
y el hielo nos envuelva
y entonces cargar los misiles
lanzar las cargas
de profundidad
impactar en el casco
y esperar a ver como
se hunde
el navío
poco a poco
en el hielo
y que mis recuerdos se congelen
en los hielos eternos
del
olvido.
17/6/4
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